
fotomorfogenesis
La fotomorfogénesis es el conjunto de procesos mediante los cuales la luz regula la forma y el desarrollo de las plantas. La luz solar no sólo es fuente de energía para la fotosíntesis, sino que también actúa como señal ambiental ("reportero") percibida por fotoreceptores especializados. Estos receptores (fitocromos, criptocromos, fototropinas, UVR8) detectan distintas longitudes de onda (rojo/rojo lejano, azul/UV) e inician vías de señalización que modulan la germinación de semillas, la expansión de cotiledones, la elongación de tallos y otros programas de desarrollo. En Citrus sinensis se han identificado homólogos de todos esos fotoreceptores (fitocromos, criptocromos y fototropinas), lo que implica que la naranja puede percibir y responder a cambios en la calidad e intensidad de luz.
Fitocromos (rojo/far-rojo): regulan la germinación, la de-etiolación (verdor de plántulas) y respuestas de evasión de sombra en condiciones de poca luz (alto sombreado).
Criptocromos y fototropinas (azul/UV-A): controlan la apertura estomática, movimientos de cloroplastos y la fototropía (crecimiento en dirección a la luz).
UVR8 (UV-B): media respuestas de protección frente a radiación ultravioleta.
Las adaptaciones fotomorfo-genéticas en cítricos incluyen cambios en morfología foliar y en fisiología para optimizar la captura lumínica. Por ejemplo, en huertos densos las plantas pueden alargar sus brotes para superar la sombra de vecinos (respuesta de evasión de sombra). Del mismo modo, se observa que frutos expuestos al sol desarrollan una coloración más intensa: la luz estimula la síntesis de carotenoides en la cáscara de los cítricos, mientras que la sombra acelera la degradación de clorofila y reduce esos pigmentos. Concretamente, estudios en naranja (C. sinensis) y mandarina han mostrado que el sombreamiento del fruto acelera la pérdida de clorofila y disminuye carotenoides, evidenciando que “la luz estimula la biosíntesis de carotenoides en la piel de frutos cítricos”.


Otro ejemplo es el fototropismo: el crecimiento diferencial del tallo hacia la fuente de luz para maximizar la fotosíntesis. Este fenómeno, característico de las plantas superiores, permite optimizar la captura lumínica en la parte aérea y también influye en la adquisición de agua y nutrientes en las raíces. Aunque este concepto es general para plantas, se asume que en cítricos las hojas jóvenes y tallos pueden ajustar su crecimiento al gradiente de luz, como se ha observado en otros cultivos C3.
En cuanto a la floración, Citrus sinensis es un árbol perenne que florece principalmente en primavera tras el invierno. A diferencia de muchas especies herbáceas, su inducción floral no depende fuertemente del fotoperíodo. En naranjo dulce la floración es inducida sobre todo por períodos de bajas temperaturas invernales o por estrés hídrico, ocurriendo 2–3 meses antes del brotado de yemas. El fotoperíodo (duración del día) tiene un efecto menor en la floración de cítricos; de hecho, se ha reportado que la longitud del día "tiene poco efecto sobre la floración de la naranja". En resumen, la luz y la temperatura interactúan en los cítricos: la radiación solar intensa favorece la fotosíntesis y el crecimiento vegetativo, pero la transición a la floración requiere señales climáticas adicionales como frío invernal.
Resumen: La fotomorfogénesis en Citrus sinensis involucra la percepción lumínica mediante fotoreceptores (fitocromos, criptocromos, fototropinas) que modulan el desarrollo vegetativo y reproductivo. Adaptaciones como la síntesis de carotenoides en frutos expuestos al sol o la elongación de brotes en sombra ejemplifican cómo la luz influye en la morfología del naranjo. Aunque la luz regula el crecimiento y la apertura de estomas, la inducción floral en naranja depende más de factores climáticos (temperatura baja/estrés hídrico) que del fotoperíodo. Estos efectos han sido documentados en estudios fisiológicos y moleculares de cítricos.

Adaptaciones fotomorfo-genéticas relevantes

Ajustes morfológicos: Citrus sinensis produce hojas más delgadas y amplias en condiciones de alta luz, y sus tallos pueden alargarse en sombra para alcanzar más luminosidad. Los fotoreceptores coordinan estos cambios; por ejemplo, la estimulación de genes HY5 tras exposición a luz promueve la expansión foliar (fotomorfogénesis positiva).
Síntesis de pigmentos: Bajo luz plena las hojas producen más clorofila y frutos acumulan carotenoides (color naranja). Si los frutos quedan sombreados internamente, se acelera la degradación de clorofila y hay menos carotenoides en la cáscara. Esto afecta la calidad comercial del fruto.

Fototropismo: La inclinación de tallos y hojas hacia la luz (fototropismo positivo) maximiza la captura de radiación. En cítricos, este movimiento permite que la copa arbórea compita por el sol, aunque estudios específicos en naranjo son escasos. De modo general, “el fototropismo… proporciona a la planta una manera de optimizar la captación lumínica fotosintética en la porción aérea”.
Control de floración: Aunque no estrictamente un proceso morfológico, la floración está asociada a señales luminosas indirectas. Los fotoreceptores regulan transcripción de genes florales (como FT), aunque en naranja su papel es limitado. La floración en C. sinensis se asocia más a enfriamiento invernal que al fotoperíodo
Estos ejemplos muestran cómo la planta de naranja utiliza señales de luz para ajustar su morfología y su fisiología, desde la plántula hasta el fruto maduro. La investigación confirma que las naranjas poseen los mismos sistemas de percepción lumínica que otras angiospermas, permitiéndoles desarrollar características acordes a su ambiente lumínico.
